Estaban hartos de que se les culpara de todo y además ya tenían una edad

«Han sido los cuatro cafres de siempre». «Esto es obra de los cuatro cafres de siempre». Durante años, este grupo violento e inmaduro ha sembrado el pánico por todos los campos de fútbol de España, sin conocerse bien de donde procedían los fondos para tanto viaje. Ahora, Chemita, El Bacardi, Nando y El Limón han anunciado su separación definitiva y el fin de sus cafradas como grupo. Tangana Tangana ha hablado con ellos.
«El Bacardi ha encontrado trabajo, y además ya tenemos una edad», nos cuenta Nando, durante años el líder del grupo hasta la llegada de Chemita. Porque Los cuatro cafres, como Los Panchos, no siempre han sido «los de siempre». «Chemita llegó cuando se fue Don Ramón, que tenía esposa e hijos, y consideró que ya había hecho bastante el gilipollas».

El nuevo trabajo de reponedor del Bacardi es la explicación oficial, pero detrás de la ruptura del grupo están las diferencias irreconciliables entre el propio Bacardi y El limón. «Durante sus mejores años firmaban sus cafradas como ‘Límon y Bacardi’ pero el tiempo lo jodió todo», continúa Nando. «Limón quería seguir quemando papeleras, pero Bacardi se negó en rotundo porque su padre era barrendero». El propio Bacardi optaba más por seguir con cánticos contra las directivas con las melodías de los Beatles, y por ahí sí que no pasó Limón, que estaba «hasta los huevos» de poner letras al «Obladí Obladá».
En el fútbol español, alivio pero también algo de pena. El Cholo Simeone ha confesado que «me recordaban mucho a mí, siempre ahí, tocando los cojones, incansables». «Yo no les echaré de menos», aclara, «porque a mí no sólo me insultan los cuatro cafres de siempre».
Desde la prensa, alegría y también enfado. Y es que los medios de comunicación y el cuarteto nunca han conseguido llevarse bien. «La prensa nos culpaba de todo, ¡de todo!, se lamenta Chemita. «Coño, hicimos bastantes putadas, pero no todas».

La disolución del grupo también deja muy tocados a varios periodistas deportivos, que ya no podrán nombrar al cuarteto cuando suceda cualquier cosa en la grada y que pierden así una de sus expresiones más socorridas. «Como nos quiten también la palabra aledaños, yo lo dejo», se pudo escuchar anoche en la redacción de un importante medio.
Tras el adiós de Los cuatro cafres de siempre, son pocos los grupos que quedan en el fútbol español, y actualmente solo sobreviven «Los cuatro indocumentados de turno» cuyo paradero se desconoce, y «Los cuatro gatos» que siguen citándose en el estadio del Getafe.